miércoles, 19 de octubre de 2011

Filosofía y Religión ¿Unidas?


Tanto la religión como la filosofía pretenden explicar la esencia del universo, la sustancia última de la materia y del espíritu, y en medio de las distintas disciplinas del saber está el humano como sujeto y objeto de investigación. Tanto los postulados religiosos como los filosóficos son obra de la razón. Mediante la devoción expresamos la creencia en el más allá; mediante la filosofía nos esforzamos en explicar lo que está más allá de nuestros sentidos. En filosofía se expresan pensamientos especulativos tanto como en las religiones.

El combate entre la luz y las tinieblas de la religión es similar al de la sabiduría y la ignorancia de la filosofía y de la ciencia. El filósofo debe descender de las alturas especulativas, para merecer subir alto espiritualmente.
Teología y filosofía en la antigüedad caminaron juntas y aún continúan agarraditas de las manos. Mediante la filosofía se nos promete sabiduría; mediante el temor a Dios también se nos promete sabiduría. Las religiones nos enseñan a admirar la sabiduría divina en la naturaleza; la filosofía en el intento de explicarnos la naturaleza nos hace sabios. Si vemos sabiduría divina en la creación de animales y plantas, cuanta mayor sabiduría debemos ver en la creación de los humanos, como resultado de un proceso evolutivo.
El Espíritu Universal del que tanto hablan los filósofos en nada se diferencia de si es divino o no. A Dios debemos conocerlo en espíritu dicen los religiosos. La filosofía mediante la actividad del espíritu nos acerca al conocimiento de la naturaleza, del hombre y por qué no de Dios. El filósofo es un devoto del espíritu que se materializa cuando piensa. La llamada razón sujeta a equivocaciones en nada debe oponerse a la fe.
Lo misterioso en las religiones es todo aquello que no es conocido por la ciencia; para la filosofía y la ciencia quedan muchas preguntas sin responder también. Mediante el filosofar debemos estar en capacidad de comprender la religión, mediante la teología debemos capacitarnos para conciliarnos con los filósofos.
Exigir que elijamos entre Dios y la ciencia, porque el idealismo no puede sostenerse sin Dios y Dios no puede existir sin el idealismo, es una forma mecanicista de los materialistas, es una manera de parcializar la explicación de la realidad, es ser inconsecuente filosóficamente hablando.
La filosofía nos debe servir para reforzar la fe en Dios no para separarnos de Él. Es una pérdida de tiempo para los idealistas pretender demostrar la existencia de Dios; tanto como lo es para los materialista esforzarse por demostrar su inexistencia.

Pedro Sergiani-

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