miércoles, 12 de octubre de 2011

                                                  Teoría de la iluminación 


San Agustín nos demuestra mediante esta teoría la existencia de Dios, como ser supremo y eterno.
El alma y Dios para San Agustín, son los dos polos fundamentales entre los que se mueve el pensamiento. Frente a ambas íntimas y cordiales realidades, poco cuenta para San Agustín lo demás; el mundo exterior le sirve sólo para descubrir en él los rastros de Dios.
De Dios no podemos alcanzar un concepto positivo porque, como dice Plotino, está por encima de cuanto pudiéramos pensar de Él. Únicamente es adecuada la concepción de Dios como aquel ser cuya esencia es su misma existencia, cuyo ser es existir.
Según San Agustín el alma del hombre es una sustancia activa y fue creada para el cuerpo del hombre, y ahí está apresada. Dice San Agustín: “Fuimos creados para Ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”.
La frase empleada por San Agustín, para el existir de Dios, es ¿Existe algo que sea superior a la razón? De existir algo, cuestiona ¿podría ser identificado con Dios? Si mediante la razón hallásemos algo superior que esta misma, y ese algo no tiene nada superior a sí mismo, sin duda entonces ese algo tiene que ser Dios.
Para San Agustín, el alma fue creada para el cuerpo, y antes no existía. En cuanto a eso no concuerda con Platón, pues según Platón el alma habría vivido antes, y entonces ahí habría conocido todas las ideas. Según San Agustín, el alma no conocería las ideas desde una vida anterior, sino que es Dios quien las alumbra en nuestro espíritu, dándonos así una visión superior, divina., de todo cuanto nos rodea y se ofrece a nuestros sentidos. El entendimiento nos aparece así como un algo divino, y la contemplación intelectual como la obra del Dios iluminada con su venida a todos los hombres.
La teoría de la Iluminación de San Agustín, sería algo así como que el alma fue creada por Dios, y habita encarcelada en nuestro cuerpo para lo cual fue creada, y ahí espera llegar a Dios. Es Dios quien la ilumina y le permite ver las ideas, dándole la facultad para encontrarlas por si misma, pues no pueden ser entregadas por un ser externo, sino que necesitan ser obtenidas por el alma, y tampoco pueden ser obtenidas por los sentidos. Por lo tanto Dios nos ilumina el alma para comprender cuanto nos rodea, para así darle gloria




Laura Pallero .

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